La
teoría antidialógica y sus características.
Conquista: La necesidad de conquista se da
desde las formas más duras y represivas (como la dominación militar y el
fascismo) a las más sutiles como el paternalismo y la dominación económica.
Dividir para mantener la opresión: Siempre que
las minorías se mantengan subyugadas a las mayorías poblacionales y divididas
entre sí pueden ser manipuladas con mayor facilidad, reprimiendo sus
movimientos con menos efectos adversos.
Manipulación: a través de la manipulación las
élites dominadoras van tentando a las masas populares a conformarse a sus
objetivos. Cuanto más se conformen las masas con los objetivos de la clase
dominante, más podrá esta mantener su poder.
Invasión cultural: la invasión cultural es la
penetración que hacen los invasores en el contexto cultural de los invadidos,
imponiendo a estos sus valores y su visión de mundo, coartando su creatividad e
inhibiendo su expansión y su expresión. Podemos citar como ejemplo de la
invasión cultural norteamericana las cadenas de comidas rápidas (mediante
valores culturales propios imponen ciertas dominaciones económicas), hasta la
televisión y el cine mediático. Estas propuestas son unilaterales, dado que se
imponen como valores estandarizados que determinan cuestiones fundamentales, y
no permiten la penetración de expresiones alternas.
La teoría antidialógica es característica de
las elites dominantes. Esto falsea el mundo para dominarlo mejor, mientras que
lo dialógico intenta desvelarlo. El desvelamiento del mundo es una praxis
verdadera, porque posibilita a las masas populares su adhesión. Ésta coincide
con la confianza que ellas comienzan a dedicarse a sí mismas en la liberación.
La
teoría dialógica.
Se debe trabajar en la teoría dialógica,
contraria a la manipulación de las clases menos favorecidas por la cultura a
través de los medios de comunicación. La población en sí precisa ser conducida
al diálogo, que es el principal canal de liberación de la injusticia y la
opresión presente. Freire postula que, como la división (a partir del
no-diálogo) es una de las principales herramientas para la dominación, el
diálogo resultará en la principal arma para la unión, la organización para
derrotar a la opresión cultural.
Una acción cultural debe ser de una de dos
formas: o ayudar a la opresión consciente o inconscientemente por parte de sus
agentes, o está al servicio de la liberación. La educación, como actor
cultural, es extremadamente importante, y puede reafirmar los lazos de opresión
o los de liberación.
Una
pedagogía de la liberación.
Los educadores deben asumir una postura
revolucionaria, pasando a concientizar a las personas de la ideología opresora,
teniendo como compromiso la liberación de las clases oprimidas. El pueblo y sus
líderes deben aprender a actuar en conjunto, buscando instaurar la
transformación de la realidad que los mediatiza. Así como el opresor precisa de
una teoría para mantener la acción dominadora, los oprimidos igualmente
precisan de una teoría para alcanzar a libertad.
Educación
bancaria.
En la educación, el modelo de opresión
estandarizado y naturalizado en la relación verticalista entre un ignorante
absoluto, el educando, y un sabio absoluto, el educador, que deposita datos
dentro de la cabeza de su estudiante, sin considerar absolutamente nada de la
relación establecida y manteniendo naturalizados los conceptos de sumisión. A
este modelo educativo Freire lo denomina Educación bancaria, y le opone su
propio método, dialógico y horizontal, en el cual el estudiante se reconoce a
sí mismo y aprende del educador, pero en el cual el educador también aprende
del estudiante y reconoce su propia humanidad.
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